Venom

Veneno mortal, no te quiero pegar na,
Ni una gota, no me quiero desangrar,
Mil derrotas, errores de crio inocente,
Salvajadas de un adolescente.
Mierda flotando en mi mar,
Que no me puedo quitar,
A pesar de no quemarme siempre...
Parte de mí si se arrepiente,
La otra mitad es la que me pervierte.
Desde que vi tus manías,
Desde que casi las hice mías,
Mierda,
Ya no te saco de la mente...
Ya no te saco de mi mente.
Estás dentro, profundo.
Estás rompiendo todos mis horrocruxes,
Pese a que anteriormente pusiste luces,
¿Cómo quieres que conserve mis modales?
Acabo pensando "sois todas iguales",
Pero no caigo
En que siempre eres mi ejemplo,
Será que en el fondo, tú fuiste mi veneno,
Tú fuiste mi veneno...
Será que en el fondo, tú fuiste mi veneno,
En el fondo tu fuiste mi veneno,
Y yo intentando no matarte con él,
Venom.

Segundo nivel.

Poco después todo fue coser y cantar. Se le empezaba a coger el hilo al instituto a la vez que se aborrecía, para mi, siempre ha sido una relación de amor-odio. Segundo de ESO fue el año de transformación, pasar de ser un niño de primaria acostumbrándose al instituto, a un chaval del instituto disfrutando de sus ventajas y padeciendo sus problemas.
En este año ya conocía a mucha gente y pasar el tiempo se hacía mucho más ameno, además que el nivel académico no subió demasiado y sobretodo lo pasábamos bien en conjunto, como grupo, en actividades como la construcción de circuitos en tecnología, con la que pasé momentos que probablemente nunca olvide, con compañeros más atentos o menos, más respetuosos o rebeldes, pero al fin y al cabo, personas de las que me llevo recuerdos muy buenos en general. A decir verdad, ese año en clase había una congregación de chavales irrespetuosos, que prácticamente pasaban los estudios, pero no por eso malas personas, de hecho, pienso que aprendí más de ellos que de ningunos otros.
También quiero hacer hincapié en este curso realizando un pequeño tributo a nuestro profesor de Naturales: Ambrosio. Un profesor que por designios de la vida tuvo que abandonarla, haciendo mella en muchos de nosotros y recordándolo como lo que siempre fue, un gran profesor, y como no decirlo, una mejor persona.
Pasar buenos momentos acompañados de pequeños disgustos como las confrontaciones de las láminas de plástica con Laureano, o las pesadas horas de música interminables es lo que me acompañó durante este curso, dejando también rastro de mi y de mis inicios en la adolescencia por lugares que conocí gracias a las excursiones es lo que caracteriza a esta segunda fase, al segundo nivel, el año donde probablemente empezó de verdad la travesía habiendo ya evolucionado.

Inicios no tan lejanos.

Allá por el 2008, eso si, a finales, yo ya empezaba a adaptarme al clima del instituto. Recuerdo con bastante cariño algunas horas como las de alternativa, en las que nos pasábamos horas y horas dibujando Arturo y yo, por aquella época con ganas y motivación, cosa que yo perdí con el paso del tiempo, o que perduró en el caso de Arturo.
Las clases de francés eran especialmente divertidas, porque podíamos hablar libremente y nos mofábamos unos de otros de nuestro primerizo acento, además de que nuestro profesor nos transmitía una confianza especial que aunque no nos suponía mucho respeto, nosotros respetábamos por su amabilidad.
También algunas clases que quedan ya muy atrás como las de lectura, en las que nuestra profesora Antonia, que también nos daba sociales, nos recomendaba libros (la mayoría poco interesantes, todo hay que decirlo), e incluso les traía comics a los más negados. Recuerdo que en esa asignatura leí uno de los primeros libros a los que me enganché realmente y me ayudó bastante a crear en mí motivación por la literatura y facilitó muchísimo mi capacidad ortográfica, cosa de la que me puedo sentir orgulloso a decir verdad 😂.
También recuerdo muchas anécdotas graciosas tanto con compañeros de clase, como con Jose Alberto y Arturo simulando esnifar pica pica de una especie de ovnis de chuchería que comprábamos en la tienda Nubes, cosa por la cual casi nos expulsan de clase; o como con profesores como el de matemáticas, Blas, al que yo a pesar de que todo el mundo lo consideraba insoportable, acabé pillandole cariño por estar sentado en primera fila y entender un poco su "incomprensible humor". A este hombre le regalamos un reloj a final de curso entre todos los alumnos, porque cada vez que preguntábamos la hora, nos regañaba, y si le preguntábamos a él, nos dijo que no tenía reloj. A decir verdad, fue una de mis peores inversiones, porque nunca se lo vimos puesto, pero bueno, al fin y al cabo es como cambiar un trozo de papel por recuerdos que contar y añorar.

Introducción. Lo que te debo.

Íbamos a formar parte del instituto IES Nazarí, por fin.
El tan ansiado instituto llegaba a nuestras vidas con la ilusión y esperanza de que nos proporcionase historias casi tan divertidas como nuestras espectativas cinéfilas alcanzasen. Ya nos habían avisado que no sería así, pero como dicen, la esperanza es lo último que se pierde, y más en unos niños con tanta ilusión y ansia de dejar el colegio.
Recuerdo perfectamente como el primer día nos reunieron a todos los primeros en un aula que desconocía y la cual, aunque no recuerdo nítidamente, probablemente fuese la Sala de Usos Múltiples, a día de hoy ya conocida (y en su defecto repetida) por SUM.
Yo a ser verdad, no conocía a mucha gente, porque gran parte de mis amigos habían considerado más oportuno, ellos o sus padres, ir al Mediterráneo. Por suerte conocía a algunos con los que rápidamente me adapté a los demás, como si me sirviesen de "relaciones sociales" y pronto hice amigos que a día de hoy puedo seguir llamándolos de esta manera, incluso para alguien como yo, que me parece un adjetivo muy fuerte para describir a alguien.
Amigos como David Romero o Arturo Anguita con los que he pasado grandísima parte de mi tiempo y me he desarrollado como adolescente y como persona.
Pero bueno, volviendo al cauce principal de la historia, por aquella época pretendíamos ser populares, encajar, y por qué no, destacar, eso sí, siempre intentando ser uno mismo y mantener firmes tus ideales.
Por el paso de los años aquí si que he aprendido académicamente, sí que he tenido anécdotas graciosas para recordar, sí que he desbordado las normas pidiendo perdón poco después, pero eso, son vivencias que pretendo contar a posteriori.
Hoy simplemente vengo a decir que he aprendido a ser lo que hoy soy, a tomar unos ideales y a persistir por lo que ansío conseguir, y esto, en gran parte, se lo debo al IES Nazarí.

Corto reivindicativo "No a la violencia de género"

No Way es el título del corto que realizamos Dani Vacas, Victoria Collado y yo, es decir, nuestro grupo de Comunicación y Redes.
En este corto realizado en blanco y negro, con características de cine mudo y con la banda sonora de El Vals de Amélie, quisimos reivindicar el impedimento a la violencia de género, con la colaboración inclusive de Arturo Anguita y Carmen Martín.
La historia, para las personas que no acaben de entenderlo ya que es un entramado algo confuso y sin guión, cuenta como el personaje de Victoria es maltratada por mi personaje por llegar tarde y no tener la comida lista a su hora.
Victoria cansada de esto, decide llamar a la policía (Arturo) y este acude a la escena del crimen, a la que el criminal siempre vuelve.
Este es arrestado y llevado a la cárcel dejando tras de sí un trauma en Victoria.
Meses más tarde, ocurre otra historia entre el personaje de Dani y el de Carmen, esta un poco más complicada de captar, ya que no se focaliza demasiado el abuso de Carmen al forzar a Dani a tener sexo cuando ella lo precise, y Dani, harto, decide revelarse contra ella, y esto es lo que Victoria observa desde el balcón, por lo que al sentirse como tiempo atrás decide ir a por Dani y matarlo.
Con esto en concreto queremos reivindicar que la violencia de género ocurre entre ambos sexos, no solo desde el hombre a la mujer, y además (y sobretodo) reivindicar que forzar también supone un abuso, y también es violencia de género, queremos despertar a la población respecto a este asunto.
Aquí el enlace al corto
https://youtu.be/l0ZLnEZzKsE

Un rato con David Álvarez.

Un viernes más en el aula de comunicación y redes tuvimos a un visitante que nos prestó sus conocimientos y sus experiencias sobre redes sociales, esta vez recibimos a David Álvarez.
Comenzando la clase con un sorteo previo a una especie de concurso que realizamos por Twitter, en el que el ganador (en este caso ganadora) recibió un disco de música jazz que parecía bastante interesante, acompañado de una cajita de bombones que repartimos entre todos.
David nos comentó su experiencia con un grupo digital al que pertenece, hablándonos sobre la identidad digital, poniendo ejemplos para aprender a situarnos. Se puede perder el trabajo o que no te acepten en uno de ellos por el hecho de comentar o publicar de manera inapropiada en las redes sociales, pero por el contrario tiene muchas ventajas a la hora de mostrar tus conocimientos o buscar lo que te conviene a favor de tus estudios o tu talento.
Pusimos varios ejemplos de ambos casos, uno de un chaval estudiante de magisterio que publicaba tweets inoportunos y que probablemente no serían del agrado de las universidades o institutos a la hora de aceptarlo como trabajador; u otro ejemplo de un chaval que su pasión era la fotografía y a través de ella y sus post en redes sociales se hizo famoso y obtuvo el reconocimiento de muchísimas personas.
Para finalizar, nos mostró un vídeo sobre el talento, con ilustraciones llevaderas y un storyboard que motivaba sí o sí a cualquier persona con un sueño, con un plan de futuro, un vídeo que te daba que pensar y con el que te apetecía abrir los ojos.
Por esto y por mucho más, gracias por tu visita David.

Romper con los esquemas.

Desde siempre ha habido estereotipos para diferenciar a las mujeres y los hombres. Prejuicios y objetos o actividades que se les asignan únicamente por ser de un sexo u otro. Y este es uno de los casos, ya avanzado, en la tecnología, en los primeros albores de ella misma.
Una chica entrevistada por Verónica para la participación del 8Mrobótico asegura que su familia siempre ha estado integrada en la tecnología, incluyendo a las de sexo femenino, eso sí, haciendo hincapié en los electrodomésticos como la lavadora, la nevera, etc.
Los hombres se centraban más en otras labores "de hombres"...
En la entrevista hace especial referencia a que las mujeres de su familia estaban, como si de su destino se tratase, afiliadas a una máquina de coser.
La verdad, veo corriente y sensato haber cogido represión a esta labor, ya que a mi tampoco me gusta adoptar las tradiciones, me resulta repetitivo y no me atrae estar "obligado" a algo, sobre todo si solo debo hacerlo únicamente por el sexo, es un concepto ambiguo eso de la "tradición masculina", por eso prefiero ser un Buffalo Bill y romper con los esquemas que ser uno más como Edith Head.