Mediante se va creciendo, se evoluciona. Ocurren cambios en ti, no solo físicamente, sino mentalmente también, ampliando tu capacidad de inteligencia, tu madurez, y tus gustos.
Desde pequeños solemos tener claro lo que queremos ser de mayores, aunque solo sea algo utópico para los menos constantes, soñamos con ser astronautas, futbolistas y otras muchas profesiones acordes con una mentalidad imaginativa y soñadora.
Yo desde pequeño me he sentido atraído por el dibujo, así que mis padres solían apoyarme mucho y me incitaban a ello, viendo en que podía mejorar o no, y como orientarme de cara a una carrera relacionado con esto, optando por querer ser arquitecto.
Pero conforme crecía y avanzaba cursos me percataba que mi habilidad con las matemáticas no era mi fuerte, no lo tenía innato, y me costaba mucho seguir el ritmo por falta de base, así que decidí cambiar de carrera, de vocación, y basándome en mi especialidad, la soltura de cara al público y la escritura, decidí estudiar periodismo.
Aunque no me hablaban muy bien de esta carrera, yo persistía en querer estudiarla, porque verdaderamente era la única que me producía motivación, y tampoco estaba muy enterado en estos temas, hasta que un día, ya en 4° de ESO, me enteré que para conseguir una salida eficaz y rápida en este campo, necesitaba una especialización y más años de estudio me supuso tal frustración que comencé a desmotivarme, hasta que, en ese punto de declive de orientación de cara al futuro, descubrí mi amor por el séptimo arte.
El cine es el culpable de mi motivación por Comunicación y Audiovisuales, y lo es tanto, que me da la seguridad de que será el trabajo de mi futuro, convirtiendo mi vida en una "verdadera utopía".
Desde pequeños solemos tener claro lo que queremos ser de mayores, aunque solo sea algo utópico para los menos constantes, soñamos con ser astronautas, futbolistas y otras muchas profesiones acordes con una mentalidad imaginativa y soñadora.
Yo desde pequeño me he sentido atraído por el dibujo, así que mis padres solían apoyarme mucho y me incitaban a ello, viendo en que podía mejorar o no, y como orientarme de cara a una carrera relacionado con esto, optando por querer ser arquitecto.
Pero conforme crecía y avanzaba cursos me percataba que mi habilidad con las matemáticas no era mi fuerte, no lo tenía innato, y me costaba mucho seguir el ritmo por falta de base, así que decidí cambiar de carrera, de vocación, y basándome en mi especialidad, la soltura de cara al público y la escritura, decidí estudiar periodismo.
Aunque no me hablaban muy bien de esta carrera, yo persistía en querer estudiarla, porque verdaderamente era la única que me producía motivación, y tampoco estaba muy enterado en estos temas, hasta que un día, ya en 4° de ESO, me enteré que para conseguir una salida eficaz y rápida en este campo, necesitaba una especialización y más años de estudio me supuso tal frustración que comencé a desmotivarme, hasta que, en ese punto de declive de orientación de cara al futuro, descubrí mi amor por el séptimo arte.
El cine es el culpable de mi motivación por Comunicación y Audiovisuales, y lo es tanto, que me da la seguridad de que será el trabajo de mi futuro, convirtiendo mi vida en una "verdadera utopía".
Estoy de acuerdo contigo Ivan, desde pequeño nos gusta o atrae otro tipo de cosas que con los años dejamos de prestarle atención. Pero lo que si esta claro que con el tiempo la mayoría de la gente encuentra su vocación potenciando esa parte que se le da bien.En mi caso de pequeño quería ser veterinario y por capricho de la vida empezó a gustarme el oficio de bombero o las tecnologías como puede ser la informática o diseño gráfico.
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