Parece que hayamos vuelto unos cuantos siglos atrás. La maquinaria ha vuelto a sustituirnos y los ricos dominan el mundo. Aunque la verdad, no tengo certeza de que eso no haya pasado siempre.
Pienso que soy un incomprendido, porque muchos de los jóvenes de mi edad que mueren de hambre querrían estar en mi lugar, sentado en un sofá, metiéndome en el mundo virtual de mis videojuegos favoritos, o compartiendo videoconferencias holográficas con mis amigos, los de la "clase alta". Podría decirse que sueno rudimentario, pero mi familia siempre ha conservado desde generaciones libros, y, aunque ahora todo se lee digitalmente, o simplemente se escucha, a mi me sobrepasa coger un libro tangible, destapar la portada y leerlo mientras se desprende ese olor característico. Y eso es precisamente lo que me produce una nostalgia irreal, porque yo no he vivido esos años, pero la sensación que me produce y las historias que introduzco en mi absurda memoria tecnológica del presente de hace aproximadamente un siglo me hace reflexionar y pensar que aunque la tecnología haya hecho olvidar nuestros problemas actuales, nos ha hecho pecar moralmente dejando que robots sin sentimiento real ni personalidad efectúen nuestro trabajo mientras otros seres de nuestra especie, por el simple hecho de no gozar de un presupuesto decente, tengan que vivir en esos años atrás, pero sin los mismos recursos.
A veces me duele pensar en su situación, me frustro, pero al mismo tiempo siento envidia.
Mi padre me mataría si escuchase esto amigo Carl, pero espero que desde ahí abajo puedas disfrutar de aquellos años en su máximo esplendor y des un ejemplo a esta sociedad, corrupta por el dinero y la tecnología, perdiendo el verdadero sentido de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario