Estoy casi seguro que el 90% de la afición madridista estamos indignados.
Que un grupo de profesionales haya dejado en evidencia a tantísima gente que los sigue, que se deja el alma por defenderlos, que llora sus derrotas, que realza la alegría de sus títulos, es una verdadera vergüenza.
Y es que todos estamos de acuerdo en que hay que separar lo personal de lo profesional, pero después de la humillación futbolística recibida en el Calderón, un 4-0 que dejaba una imagen nefasta del Real Madrid ante tantísimo espectador, desganados, sin alma, sin espíritu deportivo, sin orgullo, sin tan siquiera amor por los colores y respeto a sus hinchas, van y celebran una fiesta de lujo totalmente desfasada, para colmo con imágenes filtradas y horarios. Enhorabuena "profesionales".
No veo normal que si esté ya organizada de antes del partido se cancele, porque tampoco es lo correcto, pero olvidar completamente la derrota sin excusa de hace un par de horas, festejar sin control, y no ponerse en la piel del aficionado, tampoco creo que sea políticamente correcto.
El fútbol es una profesión más, hay que ser profesionales, leal al club, cargar con las culpas que uno mismo comete y pedir perdón al aficionado, que si no fuera por nosotros, no estarían donde están.
Detrás de una crítica tan dura de un madridista de corazón, se esconde un sentimiento de esperanza, de remontada, de cargar y acometer contra los errores, de recomponernos ante la adversidad.
Porque te he visto ganar ligas, te he visto ganar copas, te he visto ganar la ansiada Décima, porque "cómo no te voy a querer"... Por eso realizo esta crítica. En las buenas y en las malas, Hala Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario